jueves, 27 de enero de 2011

Desistiendo

Intente dejarte atrás invocandote en este nuevo presente, pretendí odiar tu recuerdo fastidiandome de tu presencia y embriagándome de tu sonrisa, pero solo conseguí reincidir en el lamentable hecho de necesitarte y extrañarte más que ayer.

Y me volví a enfrentar a tus demonios que escupen mentiras y se alimentan de vanidad, y entendí después de mucho caer que nunca los dejaras atrás, porque ellos te hacen fuerte, porque ellos te mantienen viva, y porque te importa mas el hecho de sentirte viva en el infierno que tu misma te has construido  que el caminar de mi mano para poder derrotar viejos temores y borrar estigmas pasados.

Ahora entiendo que la única guerra que llevas a cabo es contra mi, te has doctorado en el letal arte de romperme en pedazos, y no has tenido reparo en venir y prometer lo que jamás podrás cumplir, porque la única lealtad que conoces es hacia los fantasmas que jamás querrás exorcizar, hacia las mentiras que vuelves verdades y hacia los temores que no te dejan existir.

Pero no hay mal que dure cien años ni dependencia dizfrazada de amor que los soporte, así como el dolor no es permanente y se llega a un punto en el que te anestesia, las guerras no son eternas ni los exorcismos imposibles, hoy emprendo la retirada entregando las armas que son inútiles en tus dominios, me exilio de tu vida para poder continuar con la mía, y el final lejos de ser amargo es esperanzador, porque los sueños se esfuman y las tristezas se cansan, porque nuestro tiempo se acabo y porque al fin te has desvanecido en la bruma de la realidad.

JCAG

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