miércoles, 18 de mayo de 2011

Como han pasado los años

El día de hoy la bendita música me mando directo y sin escalas 28 años hacia el pasado, en el radio pusieron uno de los grandes éxitos de Manoella Torres y recorde que El Diablo la ponía una y otra vez, cantándola con todo el sentimiento que le permitía un reciente divorcio.

Es entonces cuando una vez más me di cuenta que el tiempo corre cual condenado a muerte que se ha dado la fuga y uno a veces ni siquiera se da cuenta de ello, al menos yo me empiezo a preguntar donde han quedado personas que he conocido, de repente recuerdo los programas que veía cuando niño, me río al recordar al chafísimo Batman de Adam West que por aquel entonces era mi ídolo, aún me emociono al evocar al poderoso Mazinger Z que por muy madreado que estuviera siempre sacaba la casta el final del capítulo.

Me pregunto entonces si aún estaré en edad para vestir cierta ropa, para portar ciertos accesorios, para traer determinado corte de cabello, me veo al espejo y empiezo a notar que ciertamente los años están dejando su huella, me frustra que en la calle me digan "Mister" Señor" "Jefe" o el peor y más vomitable de todos, "Don" (no mamen ni que estuviera tan jodido como Marlon Brando en El Padrino) por eso cuando alguien me llama "joven" se convierte en mi persona favorita en ese momento, y es que "joven" tiene un efecto reparador brutal en el ego.

Mis gustos por supuesto empiezan a cambiar, ya no es tan atractivo andar todo el tiempo en la fiesta, y por supuesto el cuerpo resiente el doble una cruda ahora que se está en el tercer piso, ni pensar en desvelarse un día antes de ver a la pulga, ya que no tendré ni la mitad de energía necesaria para aguantarle el paso, por supuesto el café se hace elemental para poder carburar de manera adecuada en el trabajo, las responsabilidades y compromisos dejan poco espacio para la lectura o para el sutil arte de no hacer nada.

Invariablemente se tiene la tendencia a compararse con los contemporáneos, como todo, me veo mejor que unos y peor que otros, pienso: "bueno al menos sigo teniendo cabello" aunque el boomerang viene de regreso con el: "carajo se ve en mejores condiciones que yo y es unos meses mas joven"  se ponen en comparativa los fracasos y logros de los demás con los propios, y se tiene pavor de sacar el balance final de este ejercicio, el cual cabe decir no es muy saludable, ya que las comparativas solo sirven para estorbar.

De lo que sí me alegro es de los lazos afectivos que he ido afianzado con el tiempo, sobre todo con mis amistades, las cuales he tratado de cuidar y fomentar en la mayor medida posible, seguramente el paso de los años me seguirá fastidiando, pero nunca dolerá tanto como el perder a una de estas amistades, y antes de pagarme un implante de cabello prefiero seguirme brindando a ellos.

 

viernes, 13 de mayo de 2011

Dependencia e insomnio

Los insomnes nos reconocemos como nos reconocemos también los dependientes emocionales, y no es que la sangre llame, si no lo que llaman son las manías, los dolores, el vacío en la mirada por las horas llanas que se pensó sin pensar, desechando recuerdos tan viejos como el mismo tiempo, aquilatando el aliento de lo perdido, de lo que jamás podrá recuperarse.

Tras largas jornadas cuidando, alimentando y entrenando al parásito,  me es difícil echar todo por tierra, pero se que de no ser así no podré tener un nuevo principio que derive en un nuevo final, y como entre el final y el principio invariablemente debe de ir la trama, trataré de hacer los ajustes necesarios para no hacer de esta nueva trama un refrito de las anteriores, y aunque pertenezco a la muy numerosa, sofisticada y concurrida élite que tiene por mascota al parásito de la dramatización de las circunstancias, me dispongo con tristeza pero con decisión a cortarle la cabeza para no alimentarlo con la energía de futuros promisorios.




Debería haber un grupo muy al estilo de alcohólicos anónimos en donde los dependientes emocionales hiciéramos tribuna y exorcizaramos nuestra dependencia, al menos así dejaríamos de evitar el darnos cuenta de que la realidad no es como nos la pintamos, y que es muy alejada de lo que soñamos, curiosamente los dependientes empcionales por lo general estamos solos, y no percibimos este estado de soledad como tal, porque creemos que esa persona a a cual va dirigida nuestra dependencia siempre piensa en nosotros, por lo tanto nos vendemos la idea de que siempre está acompañandonos.

A todo esto, el mejor remedio para el insomnio es una buena dosis de clonazepam en las rocas, para la dependencia emocional es preciso quererse un poco, tropezar y levantarse unas cuantas veces.

sábado, 7 de mayo de 2011

AL DESPERTAR

Traigo pegado tu olor entre desvelo y vigilia, el intoxicante sabor de tus besos aún me tiene nublada la razón. Apenas ayer fué cuando juntos decidimos abrir la caja de pandora y aunque no estabas del todo segura de los actos y sus consecuencias decidiste dar el paso y saltar al vacío de mi mano, una vez en el abismo juntos perdimos la conciencia para escaparnos a esa realidad alterna que tantas veces se nos fué negada.

El regreso no estuvo exento del asalto de aquellos fantasmas transgresores que te han robado la esencia durante tanto tiempo, y por mas que quise mantenerme despierto para velar tus inquietudes y exorcizar el pasado en tu nombre, los párpado cedieron al embriagante cobijo de tus brazos, dejandote a merced del demonio de la traición que intenta arrancarte la felicidad que tantas veces se te ha negado, ese bálsamo que creías no existía y que ahora te han regalado a manos llenas, en cierta medida logró su objetivo al dejarte en vela luchando contra la desesperación por poder respirar, luchando por eliminar de tu venas ese veneno que la mentira te administró bajo fuertes dosis de falsas promesas hace ya tanto tiempo.

Ahora que empieza un nuevo día me miras a los ojos y me pides que me quede, me dices que la guerra aún no está ganada, pero que hemos librado con éxito la primer batalla, yo solo puedo sonreír y me abrazo a tus ilusiones que ahora hago mías, despierto la cordura y a tu lado encaro la legión de incertidumbres que nos aguarda mas allá de tu dormitorio, el tiempo lo tenemos de nuestro lado, sigamos sobornandolo con las caricias que hemos inventado.


Invocando en sueños

A veces creo que ya no tengo nada mas que decir, es como si en mi boca hubiese habido un feroz incendio y todas las palabras se hubieran calcinado en el, sobreviviendo solo aquellas que reflejan la tristeza que vive en el alma, esa tristeza añeja y necia que se niega a marcharse, que alimento con retazos de sueños que se desvanecen al rayar el alba.

Y así inicio un día mas, esperando tu regreso de ese mundo de sueños, despierto con la esperanza de que al fin dejes de ser la cautiva de Morfeo, rogándole a tus dioses y a mis demonios que nos reunan en este andar cotidiano de seres insomnes.

Y solo espero reconocer tu mirada y tus palabras, que tus pasos me busquen así como yo busco los tuyos, que la soledad no se disfrace con tu sonrisa ni se impregne de tu fragancia, para que no me venda los sueños que no me pertenecen, para que no me arropen unos brazos que no sean los tuyos.

Aún así sin encontrarte se que vendrás sin el cobijo clandestino de la noche, si esas máscaras de desvelos con las que tanto te gusta jugar, con el deseo de vivir esa vida que nos han arrebatado, de protagonizar esa historia ya escrita mas no representada, te esperaré con la sonrisa cansada, con el alma encadenada mas no derrotada, sin reparo en el tiempo transcurrido, sin reproches por esta larga espera.

Te esperaré, te espero.