martes, 21 de septiembre de 2010

La fiesta de Vicente Nario

Al final no supimos donde vive el tal Vicente, se me ocurre que puede radicar en Guanajuato para tener el privilegio de cumplir 200 años, y lejos de las miles y miles de bromas que se hicieron gracias a este juego de palabras cada quien vivió el festejo de manera distinta, aquí esta la mía.

Realmente no tenía una intención verdadera de ir a festejar,  pero cuando me enteré que Lila Downs iba a estar en el escenario de Insurgentes y Reforma no lo pensé dos veces, para mi Lila es la mejor voz que existe actualmente en nuestro país y la mejor exponente de nuestra música.

El caso es que la Sra. Tomapastillas se anexó al plan y así nos encaminamos al zócalo para tratar de ver la iluminación y demás borlote que se haría, pero no pudimos pasar ya que era ¡¡¡¡con acceso restringido!!! nos sentimos en el antro mas sangrón de la ciudad esperando que el cadenero nos diera acceso "javi somos dos, aquí javi aquí"
No pudiendo accesar al corazón mismo de nuestro país decidimos chacharear en los puestesillos que se instalaron en la calle de Tacuba, vimos finisimas bolsas "de piel" marca "Tougs" aerodinámicos tenis marca "Nikke" y demás artículos de la más alta calidad, todos de importación por supuesto.

Llegamos un poco tarde a la presentación de Lila y solo alcanzamos 5 canciones pero valieron cada acorde, Justicia, un son jarocho del que desconozco el nombre pero en el que los músicos demostraron su calidad interpretativa, Cucurrucucú Paloma, La cumbia del mole, y La cumbia de Tacha ("La Teibolera") son las canciones que escuchamos, a las 11 de la noche cortó su participación para darle paso a FECAL  y su grito de independencia, y aquí es donde me pregunto ¿realmente tenemos algo por lo que celebrar?

Celebremos el que cada mes nos suben la gasolina, o el que cada vez somos mas y mas los mexicanos sin empleo, o las inundaciones  que dejaron practicamente bajo el agua todo el sureste de nuestro país, o todos los muertos por "la guerra contra el narco" o todo el dineral que se gastaron en los festejos, mientras la mayor parte de los mexicanos no tuvimos para tener una buena cena "de grito" seguramente Felipillo y sus compinches cenaron coq au vin, rataouille o bouef bourguignon, bien mexicanotes nuestros gobernantes.

Y no se trata tampoco de pasar por alto los 200 años de nuestro país, sino de priorizar y ver las necesidades básicas que tenemos todos los mexicanos, y de que cada uno de nosotros desde nuestra trinchera hagamos algo por tener un mejor país, pero tenemos infinidad de carencias, en educación, trabajo, salud y un largo, larguísimo etc. si estuvo muy bonito el festejo y el desfile y de verdad disfrute ver a Lila, pero no creo que todas las personas afectadas por las lluvias en Veracruz o los millones de mexicanos en situación de pobreza lo hayan disfrutado igual..

Pero bueno, festejo hubo, terminamos cantando trova hasta las 8 de la mañana en casa de una muy buena amiga, conocimos gente interesante y talentosa y por supuesto cenamos el consabido pozole, aunque al día siguiente tuvimos que regresar a la realidad del desempleo y de pagar las cuentas, el Bicentenario fué un buen pretexto para olvidarse al menos por una noche de la abrumadora realidad.

2 comentarios:

  1. Que festejón!! Impresionante el despliegue de recursos, que no?

    Pero mi querido Sr. Tomapastillas no se aflija, recuerde que pan y circo, aunque a éste país o le alcanza para uno o le alcanza para otro, tampoco nos pongamos necios, digo yo, quiere ud todooooo!!

    Ni hablar, como verá nuestros gobernícolas escogieron circo y ah que buen resultado dió!!!

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  2. Así es Sra del Mal, primero el circo y después si queda algo, será el pan, y viendolo bien todos los mexicanos estamos acostumbrados a las misma ideología, primero debemos de tener la mejor pantalla de lcd super plana, o el mejor estereo del mercado, o el mejor celular, la mejor computadora etc, y después pensaremos que comeremos.
    El chiste creo yo es primero cambiar nosotros como sociedad para que ese cambio repercuta en nuestros gobernícolas (me encantó el tèrmino)

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